En los mares profundos,
no pereció;
el místico y vasto universo,
no lo absorbió;
horizontes y cordilleras distantes,
no lo dañaron;
y la oscuridad del abismo,
jamás lo retuvo.
Ni el laberíntico cerebro,
lo pudo entender;
mas el recóndito pensamiento,
grabó su recuerdo;
mi confundido corazón,
nunca lo olvida;
y en lo más hondo de mi alma,
permanece su esencia.
Más allá de la imaginación,
al final del colorido arcoíris,
quizás en el inmenso espacio índigo,
allá en el último lugar del mundo
y por los confines de la galaxia,
aún sigue flotando tu cálido amor.
e.g.