Inmenso es el canto del ave, e intenso
portentosa es desde mi pecho su voz
que trata de resistir al viento de la soledad
la cual es implacable y sorda ante esta agonía
Intrigante es la prisión que la atrapa
y se duerme en un sueño sin noche
anhelo de libertad casi efímero
quien al despertar revolotea en su espíritu
cual fénix que renace ante la esperanza
y que sublime flota con alas prestadas
es su canto un llamado eterno
cómplice en la discreción del llanto
simple en su repertorio abstracto
que impasible retorna como el invierno
pero es su aleteo constante y latente
el que conmueve tus lagrimas y suspiros
y evidencia el sentimiento en su esencia
sin dueño más que el ser poético
e irónico brujo del destino
es el heredero del propósito excelso
y almohada connotada del alma
avecilla inquebrantable que late en mi pecho
tu trova palpita gutural en constante encanto
ahora lo sé, lates y vivo, sabiéndote aquí... corazón