Esa barca se ha varado,
alejada de mi río.
Esa barca era un suspiro
por el alma navegando
y bajaba las corrientes,
siempre camino del mar,
buscando la eternidad
entre brumas envolventes.
Al lado de mi camino
la he escondido entre las hierbas,
no tiene timón ni vela
y siempre…, siempre la miro.
Y me vienen a mi mente
tantos momentos de espera,
vivencias de duerme-vela,
soñados profundamente.
Y seguirá navegando
por el camino de estrellas,
donde grabamos las huellas,
caminando… caminando.
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