Blas Roa

Pequeña

Pequeña de altura

mi alma que te confío

contigo no temo del frío

su abrazo helado de soledad

tu calor es verdad

lo que me basta para sentir

que el sol es un alfil

que ya no va en diagonal

si tu llanto he de secar

con mi pañuelo de palabras

y un beso que nos salva

del cervantino lenguaje

que traen poetas de sable

para sacudir de lleno

mi tristeza y tu tristeza

la alegría de mil truhanes.