Recién ayer se cumplieron dos meses que te declare mi amor.
Que te di a conocer lo que por ti vivo, lo que me desvela.
Te dije cuales son mis cuitas, te abrí mi corazón.
Y lo que me ha sucedido desde entonces no ha sido lo mejor.
Me rechazaste, te burlaste, me negaste tu amor.
Me enviaste emisarios, no me quisiste ya hablar.
Pides que me olvide de tus ojos, de tus lunares, tus labios.
De la curva de tus senos, de tus pasos junto al mar.
El dolor que hoy siento aun, no se lo deseo a nadie.
No he podido olvidarte, aun cuando diga lo contrario.
Te busco entre la gente. Trato de escuchar tu voz.
Cuando te miro pasar, mis ojos te siguen,
se alarga mi triste mirada.
Por amarte así no intento otras amistades.
Soy un alma solitaria frecuentando los cafés.
Y no quiero que pienses que ya te he olvidado.
Ni voy por la vida juntando rosas, deshojando margaritas,
coleccionando mariposas. Mucho menos negando tu amor.
El que por ti sé que siento,
ni simulo los tormentos que hoy se anidan en mi alma.
Por tu negativa hoy he pedido la calma.
La calma, la dicha las esperanzas, mis sueños todos.
Por no tenerte a mi lado, por no mirarme en tus ojos.
Y te amo intensamente al igual que el primer día,
cuando todo en mi se comprometía
en hacerte inmensamente feliz.
Te sigo amando y te seguiré esperando,
…hasta el final de mis días.
© Armando Cano.