Frágil color rojo, ¿Qué pasara con mi cuerpo?
¿A dónde ira a parar? ¿Converge?
Tal vez crezca, como en los estados de la materia, se convierta, crecerá como árbol metamorfó de mi alma, cuidando, dando sombra a todo lo que tenga que ver con vos.
¿Qué tanto pudiese se después de morir?
Un gorrión que le cante a tu ventana, a tus mañanas,
Un venado guardaespaldas que detenga las balas que amenacen con herirte,
Un lago donde te bañes y mi alma se escurra indiscriminadamente en toda tu piel, entre tus pechos, tu sexo, tus ojos labios y sueños, acariciando por dentro y por fuera tu cabello.
Ser el mundo entero, cada briza, cada copo de nieve,
Ser un murmullo en el viento diciendo “te amo”,
La consecuencia de todo lo que haces, las fuerza y la reacción,
la materia y la antimateria.
Reencarnar en todo lo que tenga que ver con vos.
Cada segundo seria “yo”,
Cada lágrima salada o dulce,
Cada molécula de aire que entra con tus suspiros,
Un sollozo, un gemido,
Cada amante que encuentres en el camino,
Cada esperma que acaricie el sueño de crecer en tu vientre,
Las flores que te regale tu esposo,
Los amigos imaginarios de tus hijos.
¡oh ser tu ángel guardián!, o siquiera tu demonio protector,
El poema que se le ocurre a un joven pensando en el delirio del amor,
Ese poema que leas y te haga llorar, ese ser yo.
¿Qué tanto puedo ser?
Lo mas, lo suficiente, lo menos e inexistente,
Un fantasma en tu alcoba mientras haces el amor o te sientes sola,
Un secreto del destino que cuide tus pasos y tu linaje santo,
Ser la inmensidad infinita que esta en lo palpable e impalpable,
Y que espera que veas, lo que no existe en vida…