Vecino de la Ñora, el pueblo en el que naci
En la alcoba de mis padres, donde llore y sonreí
Recuerdo ver a mi Madre lavando en la acequia
Y acompañarla con el cántaro a la fuente del piojo
Para transportar agua limpia y sana, a mi casa…
Ahora está perdida ya no fluye agua de la fuente,
Tenemos que comprarla embotellada y buena
Pero el cántaro con agua de la fuente, savia a aljibe
Pozos que se llenaban con agua de lluvia,
Mi tía María hija de Antonio el papelero lo tenía…
Por aquel entonces bebíamos agua de las acequias
Que pasaba por la escuela llamada de los barracones,
En donde empecé mis primeras enseñanzas,
Que días, ahora si bebés de esa agua hay intoxicaciones,
Me doy un paseo por la Ñora, bajando hasta la Rueda…
Noria que ahora la han sustituido por una bella réplica,
Mil baños me di en tus aguas mi Noria encantada,
Que en noches de primavera vio nacer amores,
Allá por los años sesenta en veranos de madrugada,
Donde los amantes viéndola rodar, se dieron achuchones…
Millones de besos, escuchando el sonido del mar en tus orillas,
Por el agua que las cajoneras expulsaban desde las alturas,
Azarbón y aguas de la alfujía que llegaban a las tablillas,
Tablacho muy grande que soltaba aguas enloquecidas,
¡Haciendo rodar la Noria como un quijote, envuelto en maravillas!
¡No me puedo contener, cuando pienso en la Noria de mi pueblo, parece que me exceda y vuele feliz muy ensimismado!
Modesto Ruiz Martínez / miércoles, 10 de octubre de 2012