Y me miraba y lo miraba,
sus ojos de loco lo segaban
se habrían y se cerraban,
mientras mas lo miraba,mas se asustaba.
Sus brazos largos se estiraban, tocando el techo y una bostezada.
Nublado y despejado
pero aun así lo aterraba
parecia estar electrocutado, con esos crespos empuntados
parecían pollos desfibrilador.
Miro abajo y fue peor, parecía el oro del dorado,
en una cueva que mordisqueaba.
Se habría y cerraba
Era el reflejo de su mirada, al otro lado
del vidrio que lo pasmaba.