Eras, como el viento.
Mi corazón rugía,
tú eras la noche,
tú eras el día.
La brisa que sentí
alguna vez en mi rostro
que me hizo
arrodillarme y
humillarme ante
el cálido viento,
era tu aliento,
era tu soplo,
que soplo más
maldito, el que
llegó a jugar
con mi vida
el que llegó
para destruirme
Hija del viento
yo te buscaba
y cada vez
más te perdía,
ahora entiendo
es el viento
el mismo amor,
ambos fluyen
se posan de alma
en alma...
El viento. Tú...
eres silencio,
vas arrancando
corazones, huyes.
Eres el desconcierto,
la vida plasmada
en las raíces del suelo,
el horror dominado
por el odio,
ese es el demonio,
el amor es el ángel
eres tú...
y yo quiero
seguir al bueno
Pero temo
extender mis alas
para enfrentarme
cara a cara
al vuelo,
tú, que eres el viento
pero que no sabes
que existo
tú, dejarías que yo
cayera al suelo?
pregunto porque
sin más ni menos
me odias, porque
sin más ni menos,
me amas.
Yo también
soy silencio
antes fui palabra,
pero tú te las llevaste
y a mí me llevó la muerte...
sin embargo, amor
sigo aquí esperando
que me lleve el viento