Hoy me he sentado en el prado,
recostado sobre un chopo,
donde los dos paseábamos,
donde los dos… eran otros…
Yo te negaba mi amor,
que no me pertenecía.
Te di a cambio calor,
con mi amistad y alegría.
Respetaste mi sentir,
sin entrar en mis parcelas
y tú te volcaste en mí,
esperando una quimera.
Ha pasado casi un año
y mi corazón vacío
ha entendido en solitario
que era terreno perdido,
pues querer sin que te quieran
es como echar miel al río.
Ahora solo pienso en ti,
respirando tu perfume,
que yo no quise sentir
cuando en mis manos te tuve.
Tú has sido fiel a tu idea,
pues siempre me has respetado
y en tu prolongada espera
por fin me has enamorado.
Ya solo queda esperarte
pues sé que pronto vendrás
para poder abrazarte
y darte felicidad.
Sembraré todo tu cuerpo
con mis semillas de amor,
lo regaré con mis besos
y te daré mi calor.
Y sentados en el prado,
contemplaremos el río
sabiendo que nos amamos
y no es terreno baldío.
(RESERVADOS TODOS LOS DERECHOS DE AUTOR)