Mi tristeza remata el vacío
y de los espacios me remata
la voz dentro de la grieta de porcelana
al túnel ahogado en la boca
de entre mariposas
desgarrando el origen
de una garganta masticada
por el funeral de un lamento
-Perseguida la nota asonante
de entre un pulmón escueto
en la liberación de carbono
cayendo en la profundidad
de un dolor consonante
con la arritmia de un pecho
aglutinado con la víscera
injerta en el músculo atemporal
de un tiempo perdido...
Y de los antibióticos seculares
-me expreso; respiro y muero-
Sintiendo el viaje dentro
del estomago invernando
lágrimas de papel
en la sangre abierta
por tendones en espiral
cayendo en túneles acuosos
de entre cápsulas envenenadas
a un riñón agónico
liberando toxinas
de entre la quemadura
nacida de un dolor
un silencio
una tristeza...
¡Y se nos cae el cielo!
se nos cae dentro del cuerpo,
en la boca amanecida
de entre el nuboso espacio
del vacío perenne en el pecho
en la eternidad del tiempo,
de entre las manos de porcelana
hasta ingerir el líquido verdoso-ocre
hasta la corteza de nuestra alma...
y estoy triste; en la trama de una lluvia recorriendo mi garganta
hasta la sonámbula forma de un cielo quitándose sus alas
de entre el lamento de las nubes cayendo muertas al fondo de la taza
y el sonido adolorido de mariposas ahogadas en una caída fatal
en ecos atropellados por el descanso de aquel
ahogado en la tierra anclada en labios cohabitando un té envenenado...