Que te siga, me dices
y yo voy a tu vera,
sigo tu gracia ondulada
de ternura gallarda.
Es tan fácil tu forma
que amarla pretendo
comprendo que al hacerlo
cometo pecado,
mas tu nariz redondeada,
una sonrisa me saca
de estas soledades
que ahora son mi morada.
Buscas espacios sombríos
para tener una siesta
tus gustos son muy variados
como el juego que inventas.
A veces impertinente,
me despiertas en la mañana,
enfadarme no puedo
cuando tu lengua sacas,
y sube y baja
en tus barbas alborotadas.
Luego pides agua,
luego caminas,
luego a mi lado terminas,
esperando que alguien llegue
para mostrar la alegría
que tan sencilla resulta
en tus orejas de lana.
No pude evitar
construirte una rima
a ti, pequeño ser
que mi pie olfatea
que es absurdo ya lo sé
un poco cursi, y ufano.
Ahora te pierdes en un olor
lejano, ahora apareces
con un zapato perdido,
ahora eres tú
mi fiel amigo en cuatro.