Armando Cano

NO ES A MÍ

 

Y usted deberás cree que soy yo el terco,

el necio, el loco, el desesperado?

El que no puede ni un minuto dormir sin soñar en usted?

En su labios, en sus codos, sus  pupilas?

Deberás piensa que no puedo olvidarla?

De hecho ya no me importa, la he olvidado, y dejado de amar.

Desayuno, como, ceno sin usted. Sin sus nervios, sus lunares.

Sin sus paseos en la playa al anochecer.

Mi rutina por usted no se ha roto.

Sigo mirando las olas en la Caleta, dibujando aves en la arena,

coleccionando caracolas y objetos que la marea trae.

Continúo  tomando café en el puerto cada cinco de la tarde.

Sigo mirando desde el fuerte las luces en la bahía,

sin pensar más en nada.

Ni en su pelo que la brisa alborotaba,

Ni en su cabeza recostada en mi hombro.

O sus brazos rodeándome el cuello

cuando desde el muelle veíamos a los pescadores,

con su captura, alegres regresar.

No es a mí quien le preocupa sus ausencias en mi vida.

No desespero ya por tenerla a mi lado,

por oler su perfume, o sus labios besar.

O mirar en sus ojos  la luna, en las noches serenas.

No es a mí, no es a mí.

Es a mi necio corazón a quien tiene que reclamarle

el porque la sigue amando, cuando usted ya no lo quiere.

Cuando usted ya lo ha olvidado, cuando ya no regreso.

 

 

 

© Armando Cano.