Hugo Emilio Ocanto

Guión teatral: El amor, todo lo puede (Parte uno)

( Personaje sentado sobre sofá. En su mano derecha anteojos de lectura que hace girar. Se sonríe. Con mano izquierda golpea posa brazo haciendo ritmo a su canción)

Sabes que en todo momento

tú vives en mí...

Sabes que estoy tan contento

porque pienso siempre en tí. 

Las horas pasan muy lentas,

verte de nuevo es mi deseo...

( Entra Isadora, su hija)

--Papá... ¡Qué sorpresa!

Es la primera vez que te oigo cantar

¡ Qué hermosa voz tienes!

-- No me digas...

Mira que me lo voy a creer ¿eh?

-- Créemelo. Es melodiosa. ( Pausa ) Papá... ¿estás enamorado?

--¿ Tendría que estarlo? ¿ A qué se debe tu pregunta?

-- Oh, papá... Es obvio. Te lo pregunto por lo que estabas cantando...

-- Bueno, has escuchado el tema, pero no es motivo para

que tenga que estar enamorado. Sí, es un tema de amor... que me salió, así, del corazón...

-- ¡ Ahí está mi justificado presentimiento! No es tema conocido. Es un tema nuevo, del cual mi padre se ha inspirado en lo que le dictó su corazón. Eso es señal de que estás enamorado...¿ Realmente me equivoco? ¿ O no quieres confiármelo?

-- Isadora, hija... estás invirtiendo las preguntas... me parece que tengo que ser yo el que indague sobre tu vida sentimental... ¿ cómo va  tu relación con tu novio?

-- Con calidad te estás escapando del tema, papá. Está bien. Voy a responder a tu pregunta. Pero vos después tienes que darme una respuesta a la mía... va todo bien papá... Oh, estoy tan contenta... tan feliz... Prácticamente, ya se nos está acercando la fecha de nuestra boda, papá. Justamente esta noche hablamos de ella. A mí y a vos nos había prometido que nuestro noviazgo sería breve... tenemos pensado casarnos dentro de tres meses, si Dios  nos lo permite... me siento tan

feliz papá... ¿ No te parece maravillosa la noticia?

-- Por supuesto que sí, Isadora. Verte feliz a vos, también es una felicidad para mí. Realmente tu noticia me cae bien. Era de esperar... mi hija va a casarse, y yo me he de quedar solito... ¡ Qué lindo, ¿no? !

-- Papá, no me digas que estás celoso... tu voz me suena a preocupado...

-- No hija. No es así. Me haces muy feliz con tu noticia...

-- Me parece, entonces... No te olvides que ahora espero yo tu respuesta...

-- ¿ Qué respuesta ?

-- Papá... no te hagas el distraído...¿ te has vuelto a enamorar papá?

( Iván mira fijamente a su hija. Sonríe.)

-- Te voy a responder en principio con una pregunta: ¿ te pondría feliz que estuviese enamorado?

 

( Isadora cambia su expresión. Su rostro entristece.)

-- Exactamente no sé qué decirte papá... Nos hemos quedado sin mamá hace tan poco tiempo... esa terrible enfermedad nos la llevó... no pensé que tan pronto volverías a enamorarte...

--Yo no te lo he dicho. Solamente te he hecho una pregunta.

-- Con tu pregunta, para mí es como si me hubieses confirmado una positiva respuesta. Estás enamorado papá. Lo presiento.

-- Si así fuese... ¿sería para vos una aflicción? ¿ no opinas

que también yo tendría que buscar la felicidad?

-- Me tienes a mí papá...

-- Lo sé hija. Pero acabas de decirme que pronto te casarás. ¿ Qué será de mí? me he de quedar solo... No quiero pensar que mi hija sea tan egoísta. Si yo te pidiese que no te cases porque me vas a dejar solo...¿ no te casarías? Nunca te lo pediría. Porque sería consciente de que de mi parte sería un tremendo egoísmo. Frustrar tu vida sentimental. Quitarte el derecho de formar una familia porque a mí me convenga. No lo haría nunca. Ni siquiera lo pensaría. ¿ no te parece que vos tendrías que sentir lo mismo que yo? ¿ sentirte feliz pensando que tu padre estaría acompañado por alguien de la cual estoy enamorado?

-- ¿ Entonces es cierto? ¿Te das cuenta que yo tenía razón?

-- ¿ Y cuál sería el problema? Sí Isadora. Estoy enamorado. Me he enamorado de una viuda mujer, la cual es un encanto de persona. No seas egoísta con tu padre. La amo. Y sé que ella me ama a mí. Mi esposa, tu madre, ya  no está con nosotros. Sabes que la amaba apasionadamente, como ella a mí. Pero ella ya no está. La sigo recordando con mucho amor, por todos los años compartidos. Hemos tenido una hija, vos, a la cual amo como el primer día que llegaste al mundo. Te deseábamos ya antes de que nos casáramos. Lo hicimos. Vos naciste. Y fue uno de los días más felices de nuestras vidas. Tu madre no está. Vos estás por formar tu familia. Y se me presenta la oportunidad de unirme a una mujer de extraordinarias condiciones de sentimientos y amor hacia tu padre. Tendrías que ser feliz, pensando que también yo he de serlo. ¿Acaso me vas a obligar no ser feliz nuevamente como la felicidad que he tenido todos estos años con tu madre, que ya no la tengo? Te comportarías muy egoístamente. El caso es que no te lo permitiría. Debes planear tu futura felicidad al casarte. Yo también he de hacer lo mismo Isadora.

-- Pero papá... no hace mucho tiempo que mamá ha muerto...

-- Supongamos que yo vaya detrás de ella... que muy pronto me llegue la hora de dejar esta vida...¿ también a mí me llorarías, verdad? Nadie tenemos la vida comprada a un determinado plazo... no sabemos cuándo dejaremos de vivir... si en corto tiempo el destino quisiese me fuese de esta vida... sin haber logrado la felicidad que se me presenta, tal vez te quedarías con un cargo de conciencia, si aceptara tu negativa de mi futura felicidad. Tu negativa no la acepto. Vos debes aceptar lo que yo decida. Y he decidido casarme Isadora. Como tú has decidido tu futuro, yo estoy eligiendo el mío.

Fíjate si vos y yo nos casásemos el mismo día...

--  ¡Papá!... ¿qué estás diciendo?...

-- Lo que escuchaste.

 

-- No me parece una buena idea.

-- Entonces, decide tu fecha, y yo decidiré la nuestra.

-- Papá, me parece un absurdo lo que estoy escuchando.

--¿ Y cuál es el absurdo para vos? ¿ que coincidan nuestras fechas de casamiento? Bueno, hemos de casarnos en fechas distintas. ¿ te avergüenza que tu padre se case el mismo día que vos?

--No papá. Solo que me avergüenza que te cases tan pronto. ¿ qué dirá la gente?

--¿Me meto yo en la vida de los demás? ¡No!

Entonces, que ellos no se metan en la mía. Esos prejuicios, te aconsejo los dejes a un lado.

Cada uno hace su vida. La tuya es tuya y la mía es mía. La de ellos, es la de ellos.

-- ¿Quieres que te diga la verdad? No soporto la idea de que te cases, papá.

-- ¿Entonces tampoco yo tendría que aceptar la idea de tu casamiento? Razona hija. Eres muy inteligente.

Pero a veces parece que no lo fueras.

-- Mi inteligencia la he heredado de vos.

-- Entonces déjate guiar por ella, y razona humanamente... No me atormentes con tus celos injustificados de hija.

--¿Injustificados? SOY tu hija...

--  ¡Y yo SOY tu padre! Al menos ten un poco de respeto con mis decisiones. Yo respeto las tuyas.

-- Te pediría papá, no sigamos tocando este tema. Me duele...

-- Te duele porque eres un ser humano. También yo lo soy.

-- ¡ Insisto en que soy tu hija!

--¡ Y yo insisto en que soy tu padre! Debes respetar mis sentimientos, como yo respeto los tuyos.

-- Siempre te he respetado, papá. Lo que pasa es que no me resigno a que tomes una decisión tan precipitada.

--¿ Decisión precipitada? Es exactamente igual a la tuya. Con la única diferencia de que vos ahora eres soltera. Y de que yo soy un hombre casado, pero viudo. Tú necesitas ser feliz, y creo que también yo merezco serlo. Eso es lo que no comprendes... deja tu egoísmo y tu incomprensión a un lado.

-- Con el tiempo, trataré de hacerlo papá.

-- Trata de hacerlo cuanto antes, en cualquier momento puedo llegar a mi muerte.

--¿Tu muerte?  ¡No papá,  quisiera que nunca llegue!

Quiero que vivas por siempre...

-- Entonces, hija, déjame vivir mi  vida, en vida.

( Isadora se queda mirándolo. Sus ojos se humedecen, por sus lágrimas)

--Oh, papá... te quiero tanto...

-- También yo hija. Te quiero tanto...

( Suena el teléfono. Isadora atiende)

-- ¡Hola!...

CONTINUARA

Todos los derechos reservados del autor ( Hugo Emilio Ocanto - 12/10/2012)