Como astro, eres el más bello
cuando sobre mi firmamento
te posas, victoriosa
y felice;
¡Sé Sol, amada mía!
y báñame con tus primeros rayos,
despierta mi cuerpo con
tus olores matutinos
y pájaros cantando fuera
de mi alcoba,
cobíjame todo el día
y hazme sudar de tu amor.
¡Bésame! ¡Fúndeme en tu calor!
¡Sé Luna, amada mía!
y ven a mi cuando la cuidad duerma;
coge mi mano y llévame
a recorrer el país de lo onírico.
Calma mis ansias con tus rayos
plateados y arrúllame en tu menguante.
¡No me dejes solo de noche! ¡No!
Acurrúcame en tus brazos puntiagudos.
¡O Luna! ¡O Sol!
Despierto y sueño a tu lado,
como el oso de un niño
-que nunca se le separa-
Soy esclavo de tu belleza;
de eso y no más.
¡Nunca dejes que despierte
de este sueño! Y sí lo hago,
embelésame para que vuelva a soñar
y así, contigo,
volver a estar.