Me voy quedando sola
Velando toda la noche
con todo el peso de la luz de las estrellas,
aún los gallos cantan
un beso que a final de cuentas
me extasiaba e impedía que el dolor
se tornara en costumbre,
La tarde llego contigo
y por un instante
como si oficiáramos en paz
la hilaza de colores, que
mientras más capas se le quitaba
podría emerger en los ojos.
Todo se había terminado y
en el aire me perdí
en esa infinita llanura
frente a la soledad
cubierta sobre el horizonte rojo
bajo la noche plagada de estrellas
y en ratos de inseguridad y miedos.
hasta en las mentiras del silencio
te hallaré y me obligarás a renacer
terminar con lo viejo del sueño
e inventar cosas nuevas.
Respirar aires ajenos,
aunque sienta fluir por tu sangre
y te clavaré en mí como una estaca
hasta que no quede nada
entrar únicamente en la realidad,
sin apegarse ni siquiera a la libertad
porque ella no es apresable