El agua se condesa se fija en las paredes y en ella se muestra el rostro después de Jerusalén.
Deambula errando al sitio y se percuden las heridas, el pómulo se inflama y también la calma.
Circo romano inflado con rotores mercenarios. Los chicos suben y apuestan al sueño remontando barriletes de humo.
Cada poro, cada grieta ,cada cuerpo necesidad de necesitar ser necesitado...
Una generala lanza los dados en un toque mortal y suma puntas para solo ser números.
En fin solo seré verde contra la pared, peligrosamente dependo de tu rocío…