Hay días que el violín guarda silencio para escuchar un poco a Dash Berlin…
Compartimos la asimetría de un pensamiento,
la fugacidad de una mirada ciega
y la tímida sonrisa del viento cuado me besas.
Han sido tus pestañas desvalidas al polvo,
ya no protegen el secreto de tus ojos
ni la acuosa arruga de tu orquídea cristalina.
¿Dónde ha caído la lágrima que inundó un día a tus ojos?
Quizá, ha inmolado hacia el cielo en forma de nube,
vapor que esta madrugada humedece
los huecos inciertos de mi alma.
Complejas, complicadas las gotas de tu llanto,
misteriosas las formas del agua enamorada,
Sedientas, mansas de mis ganas de tenerte.
Deseo…
Hasta que el cielo caiga en tus ojos,
para besar el atardecer de los míos.
Clavel Rojo
Alejandra P. Rodríguez Espinosa. Todos los derechos reservados.