No puedo dejar de escribir...
Le robo versos a la vida
y los escondo en mi libreta
donde usurpo autoría
y los hago míos.
Por cada lágrima
existe un verso,
y en cada verso
alguien llora
sintiendo el dolor ajeno.
El enamorado
hace de los versos
cartas de amor,
conquistando a su doncella
con inspiración ajena.
Al amor le escribo versos
que el mismo me inspira
y no se inmuta aunque a veces
lo describa como un ingrato sentimiento.
No puedo dejar de escribir...
Ante aguaceros de dolor
y racimos de nostalgia
escribir es lo más parecido a un refugio,
donde sólo puedo esconderme
y hacer una fábrica de versos.
Me regalan versos los amantes
detallando sus encuentros pasionales,
el cobarde inspira muchas letras
por amar siempre a escondidas,
y las víctimas del rechazo
son estrofas en potencia.
No puedo dejar de escribir…
Porque soy humano y soñador
porque el mundo me da sus rimas,
y entre tantas desventuras
el amor sigue con vida.
No dejo de escribir
aunque mi amada muera de celos
por escribirle a un pasado.