Si en este instante
dejara de existir;
mi cuerpo al polvo volvería,
más no se que sería del alma mía;
quizás en un oasis estaría
o tal vez férrea y trémula
en este mundo vagaría.
Si dejara de existir
¡ay del alma mía!
quizás en la inmensa
oscuridad de tu pelo se refugiaría,
quizás el brillo de tu mirada
en su camino le guiaría,
quizás con tu sonrisa
sus penas se perderían,
o talvez, olvidada de tus recuerdos
en este mundo sin consuelo
tristemente vagaría.