No me gusta nada
pero nada de nada
tu pelo sin viento,
tus ojos sin algas,
tu rostro sin luna
de noche cerrada,
la flor de tus labios
teñida de malva,
tu cuerpo nevado
como una mañana
cubierta de invierno
del sol olvidada.
No me gusta nada
pero nada de nada
tu campo sin lluvia,
sin olas tu playa,
tu cielo encerrado
de nubes su jaula,
tu trigo quemado,
tu pez que no nada,
tu pájaro inerme,
sin canto ni alas.
No me gusta nada
pero nada de nada
tu extraño silencio,
tu voz apagada,
tu paz sin aliento,
tu guerra acabada.
¡ Qué hora tan oscura
de sombras tan largas,
qué triste esta música
que dobla campanas,
que escarba mi tarde
con uñas y zarpas !
¡ Qué cerca te siento
y que lejos te hallas !
Mi amor es un mártir
ardiendo en sus brasas,
un árbol sin tierra,
un hombre sin patria.
Tú eras mi verbo,
mi voz, mi palabra,
mi pasto de versos,
mi luz, mi guitarra.
Y ahora que veo
el cadáver de un hada,
expulsado de un cuento
que nunca se acaba,
escrito en mi pecho
con tinta de lágrimas.
Así sin credo me quedo,
mi amada del alma,
no creo en milagros,
ni en dioses o fábulas
pero necesito gritarte:
¡ Levántate y anda !
No me gusta nada
pero nada de nada,
mi sangre sin sueños,
mis deseos sin ansias,
mis besos viudos
Sin lumbre en sus llamas
porque tu boca sin aire
las ahoga y apaga.
Pero una noche de otoño
cuando el mundo descansa
arrancaré los clavos
de tu mísera caja
para ser el esclavo
de tu bello fantasma
y en una cama de mármol
Bajo estrellas heladas
volveremos a amarnos
sin frontera en la entraña
y al llegar la aurora
con sus gallos del alba
me hallarán abrazado
a un pedazo de escarcha.
Ahora vete, ya es hora
que tu tren ya se marcha.