Caminaba descalza, solitaria.
La noche congelaba mis huesos
mientras los recuerdos
laceraba lentamente mis entrañas.
Perdidos mis sueños, florecía la muerte.
Sumergida en los subsuelos,
a la deriva , sin esperanzas , ausentes las fuerzas,
recostada entre las sombras que te nombran
estaba a la espera del fin.
Cuando llegaste tú.