Bebida de reyes, también de plebeyos,
también de los proles en medio de ellos.
Sospecho que Dios y sus querubes
lo toman negro allá entre las nubes!
En cambio el Diablo, como es malvado,
le encanta el té y azucarado.
Su taza blanca es lo que inquieta,
con "I Love Tea" por etiqueta.
No juzgo a aquel que el té prefiera,
ni les deseo tan mala hoguera...
Tampoco digo que son Belial
ni si hacen bien o si hacen mal.
Tan sólo digo que mi café
unge el alma y es lo que sé.
Tomando café el mal se pasa.
Traiganme ahora otra mi taza!