Querer convencer a mi alma
que no necesita de ti,
es como convencer al día
que no precisa del sol,
o como persuadir a la noche
que no requiere de oscuridad.
…Es tumbarle toda la esencia
a la propia identidad del amor,
es negar rotundamente
que nunca jamás existió Dios,
que somos polvo de quimera
y utopía de vana ilusión.
e.g.