Mi maestro no tiene salón
para su clase impartir
pero tiene un corazón
que nos quiere repartir.
No tiene ni una pizarra
donde poder escribir
pero tiene un alma
que vale por mil.
Mi maestro enseña
a como dé lugar
su alma es muy buena
y lo quiero homenajear.
Maestro si usted lee
este verso que hice
no pierda su fe
que Dios lo bendice.
Le daré un premio a su labor
por cierto muy merecido,
de decirle gracias profesor
por todo lo que he aprendido.
Pues más que la clase
que ha sido impartida
nos dio con buena base
una lección de vida.
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