Tengo un cadillac bajo la cama,
un gato vagabundeando en el porche del vecino
y una luna aparcada
en el charco azul
que abandonó la lluvia frente a mi ventana...
Tengo esa manía, pensamiento que me amaña,
a no querer levantarme si sueño nena contigo cada mañana...
Tengo las tristezas tristes y las nostalgias agazapadas
por tanto mantenerlas guardadas, bajo el desgaste de mi almohada.
Tengo ese gato ocioso que solo cuenta hasta tres y no come ratas,
más bien es de perezas y lamidas, no me anima ni se anima,
el sofá con sus patas es lo único que mata.
La última canción del momento de algún tiempo
hace un juego suicida entre mis sienes
desde aquel radio viejo lleno de obsoletos transistores, Solid State 1975,
Logro cantar "you and me" sin derramar siquiera una lágrima
mientras trato de resolver el problema de los exploradores,
el apollo 11 y los dioses que ya no comen curry ni albahaca,
porque estamos en ayuno, ayer cero hoy uno, mañana dos, el lunes tres,
qué más da, ya no uso la puerta para salir de casa, todo está al revés.
Compré helicópteros usados en el barrio chino
y vendí pedazos de mi techo en el remate anglosajón,
hice un trueque con mi ignorancia, compre libros y una ración de razón...
Las estrellas me creen actor, a veces impúdico cuando duermo en calor,
sin sábanas y a la intemperie qué más da,
es mi casa y en ella soy yo, quien compro el pan, quien pago el gas.
Los jueves no voy al bar, ni juego naipes, tampoco se fumar,
octubre me corta las venas y noviembre por más que quiera
jamás será mi resurrección;
tengo un cadillac bajo la cama, y nena… otra historia que contar.