"Dos cosas como un arte,/ en la escuela de mi vida aprendí,/ a no vivir sin recordarte/ y amar mucho... pero sólo a ti".
De primero en tu alma, en tu corazón,
en cada letra hermosa de tu inspiración,
en tus sueños y en toda tu realidad.
En tus palabras, en la verdad que juras,
en tus experiencias, en tus aventuras,
allí donde empieza tu felicidad.
De primero siempre en tus sensaciones,
en la lista donde anotas las razones
que para ser muy feliz elegiste.
Cuando amas a toda capacidad,
en compañía o en total soledad
y sabes que el amor existe.
De primero en todas tus decisiones,
cuando en ellas están tus emociones
como razón absolutamente prioritaria.
En el espacio especial de tu memoria,
donde guardas episodios de nuestra historia
de amor maravillosa, extraordinaria.
De primero en la palabra que sale de tu boca,
en aquéllo que tantas veces te provoca
y que grabas con mi nombre en tu piel.
En el sentir profundo que no se olvida,
en la mejor película de tu vida
donde hacemos ambos el mejor papel.
De primero en tu mente cuando despiertas,
en tu vida, entre tus cosas que son ciertas
y que van llenando de luz tus días.
En tu alma que brilla a todas horas,
cuando feliz te ríes o si feliz lloras,
en las cosas que son tuyas y mías.
De primero en cada una de tus fantasías,
al pensar en lo que has hecho y harías
tan sólo por poder estar conmigo.
En tu razón de ser, en tu esencia,
cuando coincidimos al pensar que la ausencia
es nuestro peor castigo.
De primero entre tus razones para vivir,
en la licencia que te das para sentir
todo lo permitido y lo que se prohíbe.
Cuando necesitas a tu lado un hombre,
al estar implícito tu nombre
en los versos que mi alma escribe.
De primero cuando juras ante Dios
que es el amor genuino de los dos
el que transforma tu existencia.
Cuando me das el derecho de autor
de saber que en tu vida mi amor
es tu más valiosa pertenencia.