Si me marcho lejos y busco a mis angustiadores e
s posible que en el trayecto no encuentre el oasis esperado.
Es posible que se llenen de polvo mis sandalias
y mis pies sangren a través del tiempo por el desierto.
Es posible que me deje arrastrar por la tormenta
cuando se nublen mis ojos con el viento
y no logre siquiera recorrer la ruta que me corresponde.
Tal vez llegue hasta el lugar en donde los desconocidos
me den una limosna, pan y un poco de vino
y me sostenga por un rato o siga inadvertida mi paso emprendido
Tal vez olvide que pude haber sido angustiadora
de mis angustiadores en algún momento
y no me quede una clara respuesta en ese viaje íntimo a la conciencia
sin saber jamás de redenciones.
Quisiera, frente a mis adversarios llenar por última vez la copa…