Hugo Emilio Ocanto

Poema: No llores, Sandra

Todo comenzó hace dos años.

Cuando ellos se fueron a Méjico.

Hicieron sus grandes tramoyas

para quedarse con todo,

y lo lograron.

Mi esposa fue adoptada por los

padres de mi cuñada.

Ella, hija biológica.

Mi esposa, hija adoptiva.

Tanto hicieron,

que al fallecer los padres

de mi cuñada,

nada nos quedó.

Personalmente, a mí

no me importó demasiado.

Lo acepté.

Estamos en una buena posición.

Lo que me desagradó,

fue la actitud, nada más.

Dos años que se fueron

de Argentina,

y nunca tuvieron

la cortesía de escribirnos

siquiera una líneas.

A través de las comunicaciones

que mi esposa realizaba

para comunicarse con

su hermana,

había una especie de hermetismo

e hipocresía.

No lo soporto.

Hoy se me ha ocurrido algo,

lo cual voy a hacer.

.....

Hola... Sandra...Pablo te habla...

¿cómo están? Me alegro.

Cierto. Tanto tiempo...

No, solo te llamo para decirte

que tu hermana ha fallecido.

No... no llores Sandra...

Tus lágrimas sé que no son

auténticas. ¿que por qué

te digo esto?.

Por tu indiferencia.

Por tu ausencia.

En realidad, la ausencia

tuya y de tu marido.

No llores, Sandra.

Eso déjamelo a mí.

¿Que vas a venir

a verme?

No, no es necesario Sandra.

A los seres se visitan

en vida. No después de muertos.

Solo quería saber tu reacción.

¿cómo que reacción?. La tuya.

Ahora que sabes que está muerta,

lo lamentas.

Y cuando en vida clamaba

por tí, no tuviste la gentileza

de hacerte un viaje.

Ni siquiera cuando estuvo

gravemente enferma. 

Ya sé la clase

de calaña son ustedes.

Pero despreocupate,

lo que te dije ha sido

una broma.

Solo quería saber cómo reaccionarías.

Veo que eres una falsa hipócrita.

Quédate tranquila. No la llores.

Ella está tan viva

como tú y yo.

Adiós.

Todos los derechos reservados del autor ( Hugo Emilio Ocanto - 17/10/2012)