La huella clavada por la luz de la luna
en la acera fría y desolada
de la madrugada, deja entrever
la sombra del amor.
Que en la noche
se mantuvo furtiva
entre sábanas blancas
de una cama ajena.
Y al oír el soplido del viento
contra el vidrio quebradizo
y la luz del amanecer,
Abandono el lecho,
Dejando una rosa roja
Y antes de que esta
se marchite volverá
a florecer en su lecho para amarla otra vez…..