Me siento incomoda, no tengo destino, no se donde ir e que hacer.
Momentos de ternura no llegan, son poco tiempo, para tanto que tiene el día.
A gusto estoy, pero, no en la totalidad. En mi pensamiento otras cosas tengo, sin poder dar solución.
Veo el desgate que la oscuridad, del no poder estar con todos me hace. El porqué de cerrar la puerta a la convivencia, entre nosotros, no lo entiendo, me duele.
Siempre se esta a tiempo de parar e reflexionar, si lo hicieran, seria bueno. En tiempos tan inciertos teníamos que estar unidos, entre ayuda, confianza, olvidar si algo nos ha lastimado, tener discernimiento, ser normales como se debe.
No camuflar, en palabras lo que sentimos e decirlo al revés, el hacer de cuenta que sois perfectos, que son la encarnación de la verdad, imponer dolor a quien nada quiere a no ser, el bien estar de todos dentro de sus posibilidades, era lo que teníais que hacer.
Quiero en los momentos de ternura, sentirlos, solo a ellos. Quiero poder querer a quien quiera, con todas mis fuerzas. Sé que nunca más tendré otra oportunidad de hacerlo. Si Dios me ha regalado, tan dulce e cariñoso sentimiento, compartido a dos, nadie tiene el derecho de intentar impedirlo, o tomarme el pelo, como si no estuviera despierta e justo en la realidad cruda e dura de la vida.
No hay peor ciego que aquel que no quiere ver, no ha mas ignorante que aquello que no acepta la verdad, ni sordo que no oye lo que no quiere oír.
Para que tengamos respecto por nuestros mismos, tenemos que antes respectar los otros.
Para que tengamos amor, tenemos que amar a los otros primero.
Para ser ayudado, tiene que ayudarse a si mismo antes.
Si no respiras mueres, no intentes matar a nadie quitándole el derecho de respirar en libertad el aire limpio de intenciones con fines que no tienen moral alguna.
Sola nascí, en medio del monte, sola viví en medio de mi mundo, sola moriré en unos brazos que me abrazan ahora.
Sola daré cuentas a mi Creador, sé que tengo mis cuentas en día con mis pecadillos e faltas, pero no son graves.
He regalado mucho más de lo que he recibido de bondad.
No estoy arrepentida, si dolorida por haber sido rechazada, por quien tenia que quererme.
Palabras son piedras que lastiman. Palabras son armas de guerra, para herir a los otros.
Las mías, solo son mi corazón hablando, nada mas. Aun que las diga un poco más alto, es ansia de que sientan que por tanto amar, quiero que las oigan.
Tantos abrazos e besos mientras niños, he dado, ¿donde están? ¿Para donde fueran?
Seguro, se olvidaran, yo aun siento, la misma voluntad de volver a dar. Es la diferencia.
Nada por ahora digo, nada puedo decir, a no ser, estoy aquí como siempre.
Oporto, 16 de Octubre de 2012
Carminha Nieves