Antes que llegue el otoño
y cubra de gris mi negro pelaje
quiero volar con hermoso plumaje y
atravesar horizontes sediciosa.
Antes que llegue a mi vida
la quietud de la edad de oro,
resarcir lo que negué con dolo
a quien incondicional me daba estima.
Acógeme vida al llegar el ocaso!
y en tu regazo consuélame divina
absuelve errores de mis años mozos,
y lléname de gloria en los que se aproximan.
¿Alejas mi juventud tiempo inclemente?
lo aceptaré tranquila y digna,
la experiencia tomaré como estandarte,
al pasado como medalla merecida.
¿Quién no teme a la vejez cuando se acerca?
¿y se mofa de ella cuando es joven?
es la madurez la sala de espera que nos enseña
aceptarla sin temores.
Antes que llegue el invierno
y cubra de blanco total mi paisaje,
evocaré la esencia de mis recuerdos y
después... serena iniciaré el viaje.