No contemplo la posibilidad de que volvamos algún día,
y sé que si eso pasara con seguridad en mi retorne
esa hiriente amargura en donde mi vida entorne
otra vez el sufrimiento, el dolor y la agonía.
Y entonces, después, de mi, qué o quién sería,
sino un desdichado, infeliz y así me torne
dentro de una pena tan profunda que me adorne
con dagas el corazón y sangre en el alma mía.
Al vivir mi realidad pisando firme el suelo
no podría esconder que a veces el corazón traiciona
y que volver... podría ser, porque el alma se emociona;
quizás por eso, jamás debiese tirar la saliva al cielo.
Pero... volver no está en el lenguaje de lo que anhelo;
más bien, para mi, es esa canción que si se entona
podría hacerme meditar si uno puede o no perdona;
sin embargo, no volveré y mientras cante... cantar será mi consuelo.
Alviz Neleb
Octubre 08 de 2012
10:08 a.m. - Lunes