La soledad me ha cobrado las palabras
Ha despejado su rostro. Se ha peinado los cabellos.
Se ha lanzado presurosa a recorrer los silencios.
Y se dibuja impaciente
Por adornar su equipaje con un ramo de gardenias,
De arcoiris, horizontes, de soles y lunas llenas
De pájaros que vuelan alto entrelazando las nubes
Los rocíos y aguaceros presentes en primavera
Columpios de lianas frescas y saltos de enredaderas.
La soledad se detiene, me sonríe, me doblega
A veces duerme a mi lado, se sienta en la cabecera
Y se acomoda en mi pecho con su corazón de hielo
Me encierra en el escondite que guarda para mi entrega
Y a veces, si se le antoja, cambia su nombre por miedo