Se fue transfomando hasta tornarse amarilla,
cuando el cielo gris anunciaba la lluvia.
Todo adquirio el tono melancolía mas hermoso.
No puedo negar que me gustan esas tardes
cuando una dulce mezcla entre paz y tristeza me invaden.
Me inspiran.
Me calman.
Me llenan.
Se volvió amarilla la tarde,
como una foto antigua.
Como los recuerdos.