El pibe de “Las Tranqueras”
tiene los ojos gastados.
Lleva en su brazo tatuados
al Ché más dos calaveras,
mostrando hasta que amanece
su fama de malviviente.
Le teme incluso su gente
¡y aún no cumple los trece!
Este chico que ha nacido
en un entorno violento,
poco a poco fue alimento
del odio... y así ha crecido.
Muy pronto se sintió libre
y en lugar de estar jugando
se la pasa manejando
armas de todo calibre.
Asaltos, robos, y el niño
con ebrios y drogadictos,
pronto estará entre convictos
por su falta de cariño.
El pibe de "Las Tranqueras"
puede que tenga la suerte
de no enfrentarse a la muerte
en alguna balacera.
¡Pedro, Pedro, pobrecito,
si yo te tuve en mis brazos!
Te estás muriendo a pedazos,
muy despacio, despacito,
la vida se te está yendo
por los hoyitos del alma
y ya no tienes más calma
en tu mundo tan horrendo.
Derechos reservados por Ruben Maldonado.
Aunque es una historia real, he reemplazado el nombre del muchachito y el de su barrio. El pibe de las Tranqueras fue compañerito de mi nieto cuando eran niñitos.