El cielo azul fue en esta ocasión un silencioso testigo de como el camino,
en algún momento, se lleno de rocas frágiles sellando tu destino
y dejando que un paso fuera el mas largo que dieras en tu vida.
Maldita senda que te llevó al vacío de una caída injusta
y maldita montaña que no correspondió tu amor
y te dejó abandonado en esos momentos.
La cumbre de estrellas surgió esa misma noche sobre ti
y sé que tu fe hizo surgir tu alma
y que voló hacia ese mismo cielo que antes no pudo ayudarte,
pero que con la luz del alba y sintiéndose culpable te recibió en sus brazos.
Tu marcha me ahoga con un nudo en la garganta,
pero esa misma tristeza visible en mis ojos,
hará que las lágrimas se eleven para que en las nubes,
se levanten las cimas que seguirás escalando,
y sé, que antes del ocaso, cuando mire hacia ellas,
estarás sonriendo en lo más alto.