Una sonrisa tuya, vale más que mil palabras, una mirada tuya más que el brillo del sol, un abrazo apretado más que los que dejaran de darme.
Palabras el viento las lleva, si mentirosas el diablo las apunta, más tarde o temprano te cogerá.
Como roca me fustigan las olas de vuestro fingimiento, como ella parada aguanto sin quejarme, pero todo tiene un limite, de un momento al otro, un paredón, me defenderá de tanta calumnia e negación de lo que hacen.
Lenguas sucias, llenas de rancor, de cambiar, lo verdadero por el falso.
Sin derecho alguno, apodáis gente buena e honesta, con dichos ofensivos. Mirad por vosotros abajo e veréis lo insignificante que sois.
Vivís en la ilusión que sois la crema, las damas e señores de la corte, sin rey ni reinado.
Llamáis “pies rapados” a quien es mejor e mas que vosotros ¡Cuidado! Antes de ofender, mirad a vuestros antepasados cuando descalzos, por no tener dinero, llevaban la comida a las obras, en la cabeza en grandes bandejas de madera.
No vos tengáis como millonarios, el dinero es papel e arde en la hoguera se la vanidad.
Humildad, tenéis grande falta de ella, rozáis el ridículo, con vuestra sabiduría, primero hay que crecer, como ser humano, tener experiencia e mismo así, nada sois.
Asco siento, vuestra arrogancia es casi locura, nada es peor que la obsesión de ser mas inteligente mayor que la de Einstein, seguro que él era más normal.
Pobres, almas perdidas en la mentira, en la ganancia, en el alto de la escalera, que se derrumba e vos echan al suelo de la realidad. Equivocados en lo que sois, no hacéis mas que perder, dignidad e respecto, por vos otros mismos.
El discípulo, ha negado a su Maestre, dicen las escrituras por cobardía o por miedo, Cristo lo ha perdonado.
Pero yo soy humana, con la fragilidad e incertidumbres, pero perdonar quizá lo consiga, olvidar nunca.
Si mesclasteis sentimientos, para que no tengáis remordimientos de tanta falta de verdad, respecto e celos infundados, tenéis un grave problema en vuestro íntimo. Nada puedo hacer, solamente oír e callar. Herida perdida sin comprender, vuestras actitudes, tragando los desaires, que me hacéis, intentando que inocentes paguen mi tristeza, como perro echado a la calle, me refugio en l la sencillez de alguien que me acoge.
Como moscas en un monte de basura, estáis a gusto, dejaros quedar, no intentéis manchar los cristales transparentes del almas limpias, sin segundas intenciones.
“Pies rapados “llamasteis a gente que vive de su trabajo, ¡no ofendáis tanto! Queda mal, a quien por suerte nunca ha trabajado e tuvo todo de lo mejor sin darse cuenta del privilegio, de vivir como pocos lo pudieran hacer.
Cual será el mañana de vuestras vidas, quien tendréis para vos querer, cuando vuestro cabello sea blanco.
La vida es un suspiro, no dura más que eso, mismo que penséis que aun está lejos, está a un paso del futuro, que es el principio del fin.
Acordaos siempre que en el pasado, tuviste alguien que fue “pie rapado” o sea pobre e trabajador.
Sin resentimientos cada vez me alejo más, por vuestra culpa. Quedáis con vuestra altivez e engaños, en vuestro palacio sin cimiento. Se derrumbará, e sin nadie ni nada quedareis.
El dolor, cuando es mayor que nosotros transborda, me ha pasado a mí. Por eso, escribo, para suplantarlo.
Oporto, 18 de Octubre de 2012
Carminha Nieves