El miedo se encarama por las frágiles tapias de las inseguridades,
Ese constante temor de pisar arenas movedizas
Nos vuelven frágiles como gaviotas en una tempestad.
Entonces es menester afianzarse
En lo que somos, en lo que tenemos y aún más en lo que
Pensamos que no tenemos y lo que nos produce ese miedo.
Es entonces preciso que levantemos la cabeza,
Incorporarnos a nuestra historia
Y ser protagonistas de nuestro cuento
Sin que nadie ose hacer de nuestros sentimientos
Un limpión de piso ni una alfombra roja
Que los lleve a vanagloriarse de nuestras debilidades.
Sentirnos fuertes y capaces de dar nuestros propios pasos
Hacia la consecución de nuestras propias utopías
Sin deshumanizarnos, sino encaminándonos,
Proyectando nuestra sensibilidad a las luchas cotidianas
Y habremos crecido como personas
Y seremos dueños de nuestros destinos.
Piénsalo y date esa oportunidad que necesitas
Y que merece tu intelecto.