mario mena mena

Vives en mi

Recién aprendí las primeras letras el día que te vi

no sabía que existiera algo más que silabarios

esos laberintos llenos de cantos y dibujos

con pequeñas historias en grandes letras

y láminas de casas nuevas, acabadas de pintar

rostros siempre felices y sonrisas perfectas

y gente que viste perfectamente planchada.

 

Estabas perdido entre reportes de horas de trabajo

Tenías tu cuerpo extendido y arrugado

Nada te protegía a merced del tiempo y la polilla

te encontré de paso en mi ruta camino del cieloraso

-ese piso misterioso que debía conquistar-

me devolví contigo al piso, ante semejante sorpresa

¡Cómo es que algo podía tener tantas páginas y letras!

 

Recuerdo que me empezaste a hablar fácil y sencillo

me contaste cómo fue todo "En el principio..."

y vi el día que nació el mar y la parte seca de mi tierra

apareció la vegetación, las aves y animales

y me contaste cómo fue que nació mi padre

Todo tu canto me explicó las gallinas de mi madre

la linda huerta de mi padre, en fulgor de color y sabores

y las mojarritas conversando en el riachuelo

que partía en dos mi paraiso.

 

Así me fuiste contando tus historias por las tardes

Ví guerras, muertes, conquistas y fracasos

supe de un pueblo en viaje por desiertos,

y sin esperanzas, perseguido, ante él el mar se abre

Me explicaste las respuestas antes de preguntarte

Nos encontramos esa tarde y fue para no dejarnos

me sigues contando historias al tono de mis años

Dejaste el cajón en la parte alta del cuarto

donde me esperabas a merced del tiempo y la polilla

y te volviste de carne en mi lado izquierdo del pecho


Después vinieron otros hermosos y muy buenos

con números, historias y mapas de países lejanos

otros me dieron sus cuentos y poesías

y algunos me hablaron de muchedumbres

de marchas, protestas, de nuevas sociedades

péndulo de propuestas que se encogen y se alargan

 

Pero tu te quedaste a vivir en toda la extensión

de mi alma.

porque el día que te tomé con mi mano,

tu también tomaste la mía y nunca nunca me soltaste.

A pesar de mis pesares.