Vomita sobre mi ser tus blasfemias hirientes,
descarna mi frágil y podrido cuerpo inerte;
más, deja intacto mi recuerdo entre los mortales
que ansiosos esperan tu abrazo fulminante.
Infelices hombres que creen amar a la vida,
ten compasión de ellos y deja que tengan celos
de nosotros. ¿Es que no saben que esta huida
hacia tu morada es perderse entre tus sueños;
que se diluyen en un mar de perplejidades
de dolor y de angustia que no dejan descansar?
No quiero ir allá, al lugar oscuro de Hades,[1]
donde las almas se pierden para nunca más amar.
¿Acaso sólo queda resignarme a mi sino?
No sé; no sé nada. ¡Ay! Desde que me encontré
en éste incómodo y frío espacio sombrío:
el Mictlan;[2] supe que jamás a la vida regresaré.
¿Adónde me llevarás dama de Velo Negro?
Tú que me arrancaste de mi jardín sin aviso,
como a una flor que perece por un destino amargo,
sin pétalos sin hojas, pues tu mano así lo quiso.
Hoy que me encuentro lánguido en tu embarcación
¿Atravesaré los nueves ríos?[3] ¿Será acaso el Estigio[4]
o el Aqueronte,[5] por donde mi trémulo corazón
te plañirá eternamente Mictlantecuhtli,[6] Señor sombrío?
ElMaeseVite Citlaltocani.
19-oct-2012
[1] Hades: Dios de los muertos entre los griegos. También se usa el término para nombrar al inframundo.
[2] Mictlán: “El reino de los muertos”. El inframundo entre los antiguos nahuas del Centro de México.
[3] Según los antiguos nahuas de México, cuando una persona moría por muerte natural, su alma tenía que atravesar nueve ríos que se encontraban en el Inframundo, para llegar al Mictlán.
[4] Estigio: uno de los ríos que se encontraba en el Hades, el inframundo griego.
[5] Aqueronte: uno de los ríos que se hallaba en el Hades.
[6] Mictlantecuhtli: “El Señor de los muertos” Antigua deidad de los muertos entre los nahuas antiguos.