Nunca digas: de estas aguas
seguro que jamás yo beberé
no siendo que el que todo lo ve
te haga tragar cien tazas
di mejor: aceptare de buena gana
las aguas que me de a beber
el que esta en mis entrañas
y en todo con sumo poder
pues como bien se llega a ver
que todo aquel que se ensalza
si humilde no se descalza
y se lava sus sucios pies
Dios a la caída lo emplaza
y el destino lo hace caer
como cae la pieza de caza
que el león ha de comer