En una tibia y clara mañana de septiembre,
los realistas, con afiladas bayonetas
se advenían desde el norte a tierra tucumana,
donde esperaba el gran hidalgo con entereza.
Retumbó la artillería y comenzó la cruenta
batalla, el ejército patriota de Belgrano
se desplegó estratégicamente con coraje
para defender el territorio tucumano.
Ejército y pueblo unidos en la lucha para
enfrentar al enemigo; rezos a la Madre
Virgen de un general creyente, que fue escuchado
y que salvó de tiranía a la patria grande.
Pueblo gaucho y heroico del gran norte argentino;
mártires que dejaron su sangre derramada
en el campo de la batalla de Tucumán,
su hazaña y valentía jamás será olvidada...
Adolfo César (NAZARENO)