Son tantos los minutos, los meses y los años,
que ya van más de veinte calendarios deshojados.
Se fueron sin permiso y sin aviso,
simplemente se marcharon,
se perdieron en el abismo
de un tiempo ya pasado.
Y ¿cómo se mide el tiempo
cuándo el amor se ha quedado?.
Se deshojan margaritas en un campo abandonado,
Se deshojan los senderos en otoños olvidados,
y se deshojan rosas rojas como lágrimas sobre el prado.
Porque el tiempo no es el tiempo,
Ni los años son los años,
es apenas un suspiro
en la inmensidad de mi espacio,
donde te cubro con mis besos
y te acojo con mis brazos.