Hoy encontré un gusano negro en la acera,
iba desnudo, bailando, sin poseciones,
yo estaba llorando lo perdido,
lloraba por los actos, las consecuencias,
y el gusano existía simplemente,
había en él la misma vida que yo tengo
la vida de las plantas y los vegetales,
entonces el soplo de los autos,
y las velocidades sonoras, los rieles,
las piedras puestas a propósito,
me rodearon en un punto sólido
en el centro de mi pupila quemada
y mi dolor se concentró en mi espalda,
a la altura de donde habrían de estar mis alas,
y un vació de heladas paredes recién construidas
tomó mis brazos, mis músculos, mi sangre,
haciéndo que mi cabeza golpeáse con la vieja ventana
haciendo que mi boca se abriése como una cáscara,
para suspirar en silencio, en secreto, la memoria,
saber que los gusanos nacen sin ganancias, sin equipaje,
y yo porque lloro? porque me aflijo?
si no tengo nada mas que mi alma,
y es lo que más temo perder.