Cincuenta años no es mucho,
para vivir a tu lado
acuerdate que muy joven
salimos de nuestro nido
y hoy nos encontramos unidos,
a esta vida aferrados.
me acuerdo cuando niñas eras
con la sonrisa en la cara,
el pelo en una trenza
y la faz muy despejada.
Saliendo de la escuela
en la alameda plantada.
Tu gracia me cautivó,
verdes ojos linda estampa
alegría desbordante,
y fuí conociendo a la dueña
de esa vida por instantes.
Fuimos dos chicos naciendo
al amor de pareja,
y la vida la sentimos
como susurros entre rejas
que el viento deja pasar
cuando se torna deveras.
Nuestro hogar fue una pieza
llena de amor y ternura.
Pocos muebles mucho afán
y un monton de dulzuras.
Acuerdate del primer hijo
que te nombro mamá,
te sentiste en el aire,
por tener ya descendencia,
igualito a su padre.
La niña nacida depués
fueron tus ojos tu vida.
Si te encontré llorando
varias veces escondida,
por la fragilidad de la niña.
Y ahora que solos quedamos
con agrado y reposo,
el cuerpo algo gastado,
el día más ventajoso.
Te miro con tranquilidad,
aprovecho de mimarte,
y mantengo el cariño
igual como era antes.
Pienso si tú no estas,
mis labios se secarían
mis manos se pondrá lentas,
mis pensamientos caerían
en un terreno estéril,
que tú no regarías.
mis manos sobre tu cara,
cuando duermes tan tranquila
son suave como las plumas
para darte la alegría
de un despertar contenta,
cuando amanezca el nuevo día.
Si tú estás, estoy tranquilo,
mis males no los persivos.
Que lindo es poder ver
la vida con quién yo vivo.
Si fueras el camino,
mi vida soy caminante,
pero eres mi mujer,
por lo tanto soy tu amante.