Vuelvo a evocar,
aquellas encumbradas sensaciones,
cuando observándome a su lado,
sentía que por los aires flotaba,
y el amor se derramaba.
Sin tocarle,
percibía como nuestras almas
se acoplaban
y desde el cielo un lucero azul
nos honraba.
Cuanto amor por mis venas emergía,
con cuanta caricia mis ojos
la acariciaban
con cuanta vehemencia
nuestros silencios,
hasta el alto cielo.
nos trasportaba
No había besos,
ni tiernos mimos,
ni música romántica,
sólo eran sólo dos alma,
que con la mirada embelesada,
se acoplaban.
Hoy en la soledad de mis recuerdos,
añoro aquellos agraciados momentos,
cuando la aurora feliz,
nos alumbraba,
donde no hacia falta besos,
ni la noble pasión de su suave cuerpo,
sólo bastaba el calor de nuestras miradas,
y la armonía con nuestras almas,
se adoraban.