Una tarde taurina
se encontraron dos valientes,
ambos apostaron su vida
delante de toda la gente.
El torero valiente y experto
iba a cumplir faena,
el toro, decidido y recio,
se negaba a cumplir condena.
Fue una lucha de machos,
hubo pases y estocadas,
hubo banderines y cachos
y sangre en la tierra, regada.
El torero en olímpico salto
clavó su mortal estocada,
y el toro encajó su cacho
sorprendiendo a quien lo mataba.
Ambos yacían en el suelo
con sus ojos desorbitados…
dos valientes ajenos al miedo
lo habían sin dudas, ratificado.
La tarde de rojo se vistió
en aquella triste faena,
donde la muerte dejó
los dos cuerpos en la arena.
Todo fue total desespero
hubo gritos y lloros…
Todos lloraban al torero;
y nadie, lloraba al toro.
*****