le mont blanc

SIMIENTE

  

 

 En la fragua de tu boca,

 a  rojo quedo,

la espada de la pasión,


 

Y en el aceite de mi sudor 

cambio la hoja su color, 

y  el hilo de tu voz

el gemir  acalló, 

 


La piedra fundida de  mi al fin brotó,

para penetrar  como   melodía  ardiente,

derramando  en tu cuerpo inconsciente,

  el génesis de mi simiente. 

 



L.M