Quieta, perdido en tus ojos, inmortalizada,
así es que voy retratándote muy lentamente
hasta secar mi respiración, siendo agotada
cuando tus curvas hacen amor en la mente.
Mientras improvisan los labios tu perfección,
sabor de miel derretida como estado natural,
sensibilidad táctil en la lengua da expresión
al contornear la humedad sobre tu piel floral.
Enajenado de dominio para actos masculinos,
doblegas la propia voluntad a tus pretensiones
insistiendo en alimentar los deseos reprimidos
con fantasías de otros mundos, sin represiones.
Mas calor arde en la hoguera, más es la sazón
que envuelve cocción amorosa de vida asumida
cuando las palabras se hacen por ti excitación
extasiadas sobre toda la sexualidad derretida.
Era evidente que la temperatura ya no bajaría
porque habíamos roto el récord de repetición
sentando testimonio de la lujuria que rimaría
por siempre, con el grado que vibró la pasión.